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Lo que entra, no sale. Las montañas de residuos desaparecen y los materiales antiguos se transforman en nuevos productos: la economía circular se está convirtiendo en un pilar esencial de la política moderna de residuos. ¿Qué oportunidades ofrece? ¿Cuáles son los beneficios para la industria del plástico? Resolvemos las preguntas y términos clave sobre la economía circular.

¿Qué es la economía circular (Circular Economy)?

Más de 50 millones de toneladas de residuos domésticos se generan cada año en Alemania. Una gran parte está compuesta por materias primas valiosas. Además de los metales, los plásticos son especialmente importantes. Casi todos los productos contienen este material derivado del petróleo. Un coche está compuesto en un cuarto por plástico. Pero también se utiliza en muebles, cosméticos, artículos electrónicos y, sobre todo, en una multitud de envases. Cuando estos productos llegan al final de su vida útil, a menudo terminan en incineradoras o vertederos. Solo una parte se recicla. Un verdadero desperdicio.

La economía circular tiene como objetivo utilizar intensamente todos los materiales extraídos de la naturaleza y luego reincorporarlos como materias primas en el proceso de producción. Por ejemplo: en una economía circular eficiente, una botella de plástico se rellena tantas veces como sea posible, luego se tritura y se reutiliza como materia prima para fabricar nuevas botellas u otros productos. Con ocho botellas de PET recicladas ya se puede confeccionar una camiseta de fútbol.

Muchos países están endureciendo las leyes de residuos para crear sistemas cerrados. Así buscan conservar los recursos naturales y proteger el medio ambiente. Una estimación del Parlamento Europeo sugiere que en una economía circular las emisiones de gases de efecto invernadero podrían reducirse entre un dos y un cuatro por ciento al año. También hay efectos en el ámbito de los costos: se pueden ahorrar alrededor de 600 mil millones de euros con este sistema, lo que equivale al ocho por ciento de la facturación anual de las empresas de la UE.

¿Qué es la economía lineal (Linear Economy)?

La economía lineal se puede describir mejor como una sociedad de consumo desechable, en contraste con la economía circular. Esta forma de actuar derrochadora tiene sus raíces en la industrialización de hace más de 150 años, cuando se comenzó a procesar materias primas en masa. Los productos resultantes se vendían y luego se desechaban sin apenas reciclaje. Esto ha llevado a la pérdida de grandes cantidades de materiales valiosos. Desde la expansión del plástico en todos los ámbitos de la vida tras la Segunda Guerra Mundial, los inconvenientes de esta economía lineal se han hecho evidentes. Solo en nuestros océanos flotan 150 millones de toneladas de basura, de las cuales tres cuartas partes son plásticos.

Historia de la Economía Circular

La idea de la economía circular no es nueva. Durante milenios, fue la base del trabajo humano y aún se encuentra en algunos países en desarrollo. Todo, desde la paja hasta los desechos de cocina y las excreciones, pasando por la fuerza de trabajo animal, forma parte del mismo sistema. Con la industrialización y el éxodo rural, este enfoque sostenible fue desplazado.

El economista británico David W. Pearce introdujo en los años 90 la moderna idea de la economía circular. Se desarrolló a partir del concepto de ecología industrial, que busca minimizar el uso de recursos y potenciar tecnologías limpias. En Alemania, el gobierno aprobó en 1994 la Ley de Economía Circular para promover el reciclaje de residuos. El principio "Cradle to Cradle" continúa estas ideas, desarrollado por el químico alemán Michael Braungart y el arquitecto estadounidense William McDonough.

¿Qué tipos de economía circular existen?

El reciclaje completo aún no es posible hoy en día. Por ejemplo, solo el 14 por ciento de todos los envases de plástico se pueden reutilizar.

Es cierto que muchos materiales usados se transforman y reutilizan, pero a menudo se convierten en productos de menor calidad. Esto funciona hasta que los componentes restantes ya no son útiles, lo que puede suceder después de pocos usos.

Por lo tanto, nuestro ciclo de residuos es abierto (open-loop), y en su proceso, los materiales se descartan y terminan en la basura.

Sin embargo, la tendencia está cambiando. Investigadores están trabajando intensamente en nuevos tipos de plásticos que puedan ser utilizados de manera prolongada y frecuente. Con su labor, están contribuyendo a cerrar el ciclo (closed-loop).

Ciclo de residuos abierto y cerrado: ¿cuáles son las diferencias?

Incluso en un ciclo abierto (open-loop), los materiales se clasifican y reutilizan. Sin embargo, generalmente no se produce un refinamiento. Esto significa que los materiales valiosos se degradan con cada ciclo. El plástico se vuelve más opaco y quebradizo hasta que sale del ciclo. Por lo tanto, el ciclo abierto sigue generando nuevos desechos que no son reciclables. Solo que el momento se pospone en el tiempo. Esto extiende el uso de los recursos naturales, pero el problema real persiste.

Por otro lado, la economía circular ideal es sostenible a largo plazo. El objetivo es reutilizar materiales usados infinitamente sin pérdida de calidad. Esto ya es posible con las latas de aluminio. Casi todo el material de los residuos puede destinarse a la fabricación de nuevas latas de bebidas. Sin embargo, la economía circular cerrada aún enfrenta límites. En muchos materiales reciclados se acumulan suciedad y toxinas que impiden el reciclaje.

Cuna a tumba (Cradle to Grave)

El término «Cradle to Grave» describe un modelo económico predominante en la mayoría de los países: se extraen materias primas de la tierra y se procesan. Esto a menudo resulta en productos de baja calidad con una vida útil corta, que rápidamente terminan en incineradoras o vertederos. En cambio, el principio «Cradle to Cradle» propone un enfoque completamente diferente.

Cuna a cuna (Cradle to Cradle)

El concepto se basa en la idea de que cada material es la materia prima para otro producto, creando así un ciclo eterno. Lo que se extrae de la naturaleza permanece en este sistema sin pérdida de calidad. Si el principio funciona perfectamente, no se genera más basura. Para que esta idea prospere, deben cumplirse varios principios básicos:

Todos los productos deben fabricarse de manera que no dañen ni a las personas ni al medio ambiente. Esto significa que deben poder separarse en materiales que se puedan reciclar y biodegradar. Solo debe generarse como residuo aquello que también sea un nutriente.

El acero utilizado en un automóvil, por ejemplo, se convertiría en una nueva carrocería dentro de un ciclo técnico. El plástico del tablero estaría diseñado para dar lugar a nuevos productos. En cambio, los neumáticos y las fundas de asientos desgastadas entrarían en un ciclo biológico. Los materiales de caucho natural o algodón ecológico se descompondrían y podrían servir como fertilizante para nuevas plantas. Por supuesto, estos materiales biodegradables también se reciclarían tantas veces como sea posible en el ciclo técnico.

Es fundamental también el uso de energías renovables, como el viento y el sol. Las emisiones como los gases de efecto invernadero o los óxidos de nitrógeno son también una forma de residuo. Naturalmente, los paneles solares o aerogeneradores deberían fabricarse bajo el principio de "Cradle to Cradle". Es decir, sus componentes deben ser reciclables de manera pura o descomponerse limpiamente al final de su vida útil.

Un aspecto importante de "Cradle to Cradle" es la diversidad. La uniformidad es vulnerable, especialmente en los sistemas naturales. Un ejemplo son los monocultivos en la agricultura, que fomentan las plagas. "Cradle to Cradle" propone que la creatividad humana aproveche la diversidad biológica y cultural de manera inteligente. Cada producto debería contribuir a preservar esta diversidad. Esto puede lograrse, por ejemplo, mediante el uso de materiales y flujos de recursos locales. Así, el uso de plantas regionales en su lugar de origen es muy beneficioso. Si deben transportarse como materia prima a través del mundo, ya no lo es.

Economía Espiral ("Spiral Economy").

El concepto de economía circular es visionario, pero tiene una debilidad: se basa en flujos de materiales claros y rastreables, algo que rara vez ocurre en la realidad. La economía es un sistema dinámico y muy complejo. Por eso, la economía circular pura seguirá siendo solo una visión.

Más plausible es la idea de la economía en espiral, que se adapta mejor a las condiciones reales. La idea central es que los materiales o productos de ciertas industrias pueden usarse en contextos completamente diferentes. Un ejemplo son los envases usados, que pueden transformarse en materia prima para nuevos suéteres y chaquetas de diversas maneras.

En la economía en espiral, los productos usados no son parte de un ciclo aislado, sino que forman una plataforma con infinitas posibilidades de uso. Dado que este sistema es más fácil de mantener en equilibrio, hay muchas razones para creer que la economía en espiral tiene buenas posibilidades de imponerse en el futuro.

Sobre Sesotec

Como socio de la industria del plástico, Sesotec ofrece diversas soluciones para satisfacer las necesidades de recicladores, fabricantes y procesadores de plásticos. Con sistemas de análisis de materiales basados en sensores, equipos de clasificación, separadores de metales y servicios, Sesotec garantiza la pureza del producto. Así, se asegura la eficiencia y rentabilidad en el reciclaje, fabricación y procesamiento de plásticos.