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Franz Neubauer, nacido en 1959, es un verdadero pilar de Sesotec. Con más de 45 años de dedicación, ha moldeado la empresa con su compromiso, experiencia y enfoque en lo esencial. Tanto en su trayectoria profesional como testigo de grandes cambios, Franz ha vivido de cerca la evolución de S+S/Sesotec. En esta entrevista, reflexiona sobre tiempos de transformación, hitos significativos y momentos personales.

Franz, llevas más de 45 años en Sesotec. ¿Recuerdas tu primer día de trabajo? ¿Qué es lo que más se te quedó grabado?

Honestamente, no recuerdo con precisión mi primer día de trabajo el 1 de abril de 1980, ya que ha pasado bastante tiempo. Sin embargo, lo que sí permanece vívido en mi memoria es la maravillosa colaboración en nuestro pequeño equipo de entonces, compuesto por unas 25 personas. Nos apoyábamos mutuamente no solo en el ámbito laboral, sino también en lo personal. Todo era manejable, directo y personal; esa atmósfera familiar me marcó desde el principio.

En tantos años, una empresa se transforma enormemente. ¿Cuáles crees que han sido los mayores desarrollos en Sesotec que has presenciado?

Con el impresionante crecimiento que Sesotec ha experimentado en las últimas décadas, resulta difícil destacar hitos individuales, ya que ha habido tantas evoluciones emocionantes. Cuando me uní a la empresa en 1980, aún estábamos en las primeras etapas: acabábamos de desarrollar nuestro primer separador de metales, lo que fue un verdadero avance. En esos primeros años, trabajé en el envío, almacén y compras, y realmente hacíamos de todo por nosotros mismos. 

Un evento especial fue la adquisición de nuestro primer ordenador Nixdorf, alrededor de 1983. Josef Peter fue nuestro primer "hombre de TI", un gran paso hacia la digitalización. Y, por supuesto, la mudanza en 1986 de Eberhardsreuth a Saunstein fue un gran momento para todos nosotros. 

Un hito técnico destacado fue en 1994, con el desarrollo de una planta de clasificación que permitía separar vidrio por colores, una verdadera innovación para la época. Es gratificante ver cómo la empresa ha seguido evolucionando, y me enorgullece haber sido parte de todo esto.

Aparte de los avances tecnológicos, ¿qué eventos de la historia de la empresa te han dejado una impresión duradera?

Lo que más recuerdo es la gran transformación a principios de los años 90. Algunos colegas decidieron emprender por su cuenta y fundaron nuevas empresas como Mesutronic, Sys o SLE. Para S+S, fue un período desafiante. Por eso me impresionó tanto ver cómo el Sr. Frisch y el Sr. Eibl asumieron la responsabilidad y, con gran dedicación, llevaron a la empresa a aguas más tranquilas. 

Mirando hacia atrás, fue una etapa que demostró la gran cohesión, valentía y disposición al cambio que caracteriza a nuestra empresa.

¿Has tenido momentos en los que has considerado un cambio profesional?

Por supuesto, a lo largo de tantos años también hubo momentos en los que pensé en cambiar, simplemente por el deseo de experimentar algo nuevo. Sin embargo, en los años 80 y 90, esto no era tan sencillo, ya que en nuestra región había pocas empresas grandes, aparte de S+S, solo la empresa Sedlbauer.

¿Qué te ha mantenido en Sesotec a lo largo de los años y qué significa la empresa para ti personalmente?

A lo largo de los años, he tenido diferentes supervisores, y no siempre fue fácil. Sin embargo, encontré mi camino, me involucré y defendí mi lugar. Hoy estoy muy contento de haberme quedado. Esto me permitió no solo presenciar desarrollos emocionantes, sino también contribuir activamente al crecimiento y al éxito de Sesotec. Lo que define a la empresa para mí es precisamente este espíritu: perseverar, co-crear y construir algo juntos.

¡Muchas gracias, Franz, sobre todo por tus respuestas sinceras y abiertas y por ofrecernos una visión fascinante de más de cuatro décadas de historia de Sesotec!

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